Seguro que recordaréis la entrada que escribí sobre el champú en seco Gliss de Schwarzkpof. Un champú con el que estoy contentísima y que uso día sí día no para mantener el flequillo limpio sin tener que lavarme el pelo todos los días. Contentísima estoy con él.
Pues bien… a mi me gusta probar. Es lo que tiene la tendencia a la infidelidad cosmética. Que te aburres de lo bueno y quieres probar cosas nuevas. Así que cuando vi que la misma marca había sacado una gama «volumen», especial para el pelo fino, pensé: uy, qué bien, vamos a probarlo.
¡Meeeeeeeeccccc! ¡Error! ¡Ay, por qué sigo cayendo en lo mismo! Si es que me encanta probar pero, cuándo algo funciona, ¿para qué cambiar?
En fin, os voy a hablar hoy de mi último big fail. Porque probar es lo que tiene, descubres cositas geniales pero de vez en cuando te compras algo que te va realmente mal.